Un guerrillero, en el aeropuerto y herido, en espera de su exilio forzado, se pregunta por la esencia de su ser y se conecta con la voz primigenia que lo impele a contestar sobre lo fundamental. Acude a la memoria de su vida y entra a un mundo mágico de increíbles dimensiones que lo llevan a él y al lector a los temas más misteriosos y trascendentales en donde se juntan lo sagrado y lo profano, lo eterno y lo efímero; la cabeza y la cola de la serpiente anfisbena que se muerde a sí misma y junta lo terrestre y lo celeste en la eternidad.